🌿🕯️ Primera Lectura
Lectura del libro de Isaías 61, 1-2a. 10-11
El Espíritu del Señor, Dios, está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres,
para curar los corazones desgarrados,
proclamar la amnistía a los cautivos,
y a los prisioneros la libertad;
para proclamar un año de gracia del Señor.
Desbordo de gozo en el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha puesto un traje de salvación,
y me ha envuelto con un manto de justicia,
como novio que se pone la corona,
o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
🌿🕯️ Salmo
Lc 1, 46-48. 49-50. 53-54
R./ Me alegro con mi Dios
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. R/.
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación. R/.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia. R/.
🌿🕯️ Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 16-24
Hermanos:
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
No apaguéis el espíritu, no despreciéis las profecías. Examinadlo todo; quedaos con lo bueno.
Guardaos de toda clase de mal. Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El que os llama es fiel, y él lo realizará.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 6-8. 19-28
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
«¿Tú quién eres?».
El confesó y no negó; confesó:
«Yo no soy el Mesías».
Le preguntaron:
«¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».
Él dijo:
«No lo soy».
«¿Eres tú el Profeta?».
Respondió:
«No».
Y le dijeron:
«¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».
Él contestó:
«Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».
Juan les respondió:
«Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
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Jn. 1, 6-8.19-28: Yo no soy el Mesías.
1)¿Quién eres tú?: Hay personas que en vez de disfrutar de su identidad buscan y toman identidad en otros. Como que no pueden ser ellos mismos y tienen que asumir una identidad prestada. Ser un estilo luna, no brilla por sí mismo sino que a través de otro. Por ejemplo hay mamás que no tienen identidad y toman identidad de los hijos. Su vida se reduce a sus hijos y a solo ello, junto a la típica frase “cuando ya críe al último, ahí ya puedo morir”. Otros toman identidad del cónyuge, que también es algo difícil porque si un día el cónyuge parte o se separan, te quedas en un vacío tremendo porque tomabas identidad prestada. Cuando uno vive de una identidad prestada uno no puede reconocer el vacío que hay en mi.
2)No soy el Mesías: Cuando nos refugiamos en lo religioso terminamos barnizando la realidad. Cuando vivimos en la mentira nos esclavizamos porque queremos ser algo que no somos. Algo que me pasó en la vida es que tuve que luchar mucho con mi deseo y anhelo de aprobación. Porque cuando me hice cura me hacía tambalear por un deseo de que me acepten y me amen. Yo quería que otros sacerdotes me amaran. Hoy me río de eso y hasta digo “qué tonto que fui”. Hoy sigo pidiendo perdón a Dios de todo eso porque llegaba a cambiar el mensaje que tenía que dar para tratar de agradar. Hoy ya no me importa, pero lo tuve que trabajar. Hoy me interesa cumplir lo que Dios me pide.
3) Una voz: Dios no puede amar al falso yo. No podemos mostrarnos ante Dios como hipócritas, con caretas. Dios no ama a ese Luis que inventamos para el reconocimiento público. Hasta nuestra identidad se ata muchas veces a un diploma o un título. Hoy comprendamos que la vida es un destino, en la vida la clave es tratar de llegar. El tema es que muchos reducen su vida a llegar a un destino de diploma o título o material o hasta incluso casarse o ser cura. Hoy Jesús te recuerda que el fin de tu vida es la felicidad y para ser feliz tenés que recordar quién eres. Algo bueno está por venir.
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Fuente: dominicos.org
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