XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario

 🌿🕯️ Primera Lectura

Lectura del libro de los Proverbios 31, 10-13.19-20.30-31

Una mujer fuerte, ¿quién la hallará?

Supera en valor a las perlas.

Su marido se fía de ella,

pues no le faltan riquezas.

Le trae ganancias, no pérdidas, todos los días de su vida.

Busca la lana y el lino

y los trabaja con la destreza de sus manos.

Aplica sus manos al huso, con sus dedos sostiene la rueca.

Abre sus manos al necesitado y tiende sus brazos al pobre.

Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura;

la que teme al Señor merece alabanza.

Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en público.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.


🌿🕯️ Salmo

Sal 127, 1-2.3.4-5 

R/. Dichoso el que teme al Señor

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.

Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo,

alrededor de tu mesa. R/.

Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R/.


🌿🕯️ Segunda Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6

En lo referente al tiempo y a las circunstancias, hermanos, no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.

Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.

El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.

En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:

“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”.

Su señor le dijo:

“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:

“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”.

Su señor le dijo:

“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.

Se acercó también el que había recibido un talento y dijo:

“Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.

El señor le respondió:

“Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».

Palabra del Señor.

Gloria a ti Señor Jesús.

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Mt. 25, 14-30: Los talentos de la vida.

1) A cada uno su capacidad: En esta vida comprende que no todos somos iguales y cada uno tiene su propia riqueza. Sí, como te digo, vos también tenés riquezas y estás invitado a explorar y explotar estos dones y este modo de vida que tienes. Vos estás en este mundo para generar vida en los que te rodean desde lo que sos y desde lo que tenés. Porque vos tenés que hacer algo en este mundo, no podés pasar la vida a la espera de otros y de que otros con sus riquezas lleguen a saldar la deuda de tu vida.

2) Negociar: En esta vida tenés que enfrentar y asumir que todo implica riesgo. La vida es un arriesgarte, desde que venís a este mundo ya estás invitado a pasar riesgos. Para producir en la vida misma también te tenés que arriesgar, porque si escondes tu vida y te escondes de la vida no vas a generar nada ni producir nada en nadie. La vida tarde o temprano te pide que decidas y que te arriesgues, pero tarde o temprano te das cuenta que todo es arriesgar. Arriesga desde lo que sos y desde lo que tenés para dar. Nunca arriesgues algo si no lo tenés.

3) Cuenta: Dios te pide cuentas de lo que Él mismo te dio para vivir. Se te va a pedir cuenta de lo que generas en los demás y lo que podés producir en la vida de los otros. No dejes que tu vida se termine arruinando por arruinar la vida de otro y no cometas ese error que puede costarle la ganas de vivir al otro. Vos tenés la oportunidad de ayudar a la vida de muchos o de destruir la vida de muchos. Aprende a arriesgarte a vivir y ayudar para que otros tengan un mejor vivir. Algo bueno está por venir.

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Fuente: dominicos.org

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