Queridos hermanos y hermanas en la fe,
Me complace compartir con todos ustedes una noticia llena de amor y devoción. De acuerdo con el evento de #PASTORACÁRTAMA2023, les invito a participar del próximo Rosario de la Aurora en la mañana del 21 de octubre, a partir de las 9.00 h. Será un hermoso encuentro donde podremos elevar nuestras oraciones y plegarias a la Virgen María en un ambiente lleno de espiritualidad y alegría.
Además, me emociona anunciarles que el próximo lunes, a las 20.30 h., tendrá lugar el tallaje y ensayo de las Portadoras de las andas del Rosario. Este es un momento especial donde se prepara con dedicación y detalle el servicio de llevar a nuestra amada Virgen en procesión. Están todos invitados a presenciar este ensayo y a unirse en oración por todas las personas que participarán como Portadoras.
Hermanos y hermanas, les animo a no faltar a este importante evento. El Rosario de la Aurora es una oportunidad única para encontrarnos como comunidad, fortalecer nuestra fe y rendir homenaje a nuestra Madre María. En este tiempo de encuentro con Dios, podremos elevar nuestras plegarias por nuestras intenciones y las necesidades del mundo entero.
Que esta convocatoria sea recibida con alegría y disposición en sus corazones. Acompañemos a la Virgen María en este hermoso rosario, confiando en su intercesión y amor maternal. Que nuestra participación sea un reflejo de nuestro compromiso con Dios y con nuestra comunidad de fe.
Que el Espíritu Santo nos guíe en cada paso que demos, recordando siempre que la oración y la unión fraterna nos fortalecen en el camino de la fe.
¡Que Dios los bendiga abundantemente!
Querida Madre María, te invocamos en oración,
bajo el manto de la Aurora, en este encuentro de devoción.
El Rosario que recitamos con amor y fervor,
nos une como una familia, en un solo corazón.
En la frescura de la mañana, con la luz del nuevo día,
nos congregamos con fe en esta bendita sinfonía.
En cada Ave María, en cada Misterio meditado,
tu amor maternal nos guía, nos cobija y nos ha cuidado.
Oh, Rosario de la Aurora, momento de introspección,
en cada cuenta que rezamos, encontramos protección.
A través de tus misterios contemplamos la vida de Jesús,
y en cada oración sentimos tu amor, dulce Virgen de luz.
En cada Ave María brilla una estrella en tu honor,
y el Pater Noster nos recuerda el amor del Salvador.
Con la guía del Espíritu Santo, transformamos nuestras vidas,
pidiendo tu intercesión, Santa Madre, en nuestras heridas.
Elevamos nuestras plegarias al Padre Celestial,
y confiamos en tu amor y tu intercesión paternal.
Oh, Virgen María, con tu Rosario en las manos,
protégenos en este mundo, guíanos hacia tu regazo santo.
Que el Rosario de la Aurora sea un momento de unión,
donde nuestras voces se elevan en gratitud y comunión.
Bajo el cielo estrellado, junto al amanecer radiante,
renovamos nuestra fe, con esperanza constante.
¡Oh, Rosario de la Aurora, fuente de amor y paz!
Acompáñanos en este camino, en cada paso que damos hacia Dios.
Que tu presencia nos ilumine y nos guíe siempre,
y que en tu regazo encontremos la vida plena y eterna.
En el amanecer radiante, alzamos nuestras voces,
en el Rosario de la Aurora, donde el amor se deshoja en rosas,
bajo el cielo estrellado, en cada cuenta rezada,
encontramos la paz profunda, la esperanza renovada.
Cada Ave María, un susurro de amor al viento,
cada Pater Noster, un encuentro divino y tierno.
La Virgen María, madre de ternura y compasión,
nos guía en cada misterio, en nuestra profunda oración.
El Rosario de la Aurora, un canto a la unidad,
donde todos somos hermanos, en una misma comunidad.
Con el olor de los jazmines, se despliega la devoción,
en cada Ave María, florece la fe en el corazón.
¡Bendito Rosario de la Aurora, fuente de esperanza y amor!
Renovamos nuestra fe, en cada Misterio que rezamos con fervor.
Bajo tu protección, Madre María, nos refugiamos,
entregándote nuestras vidas, en tus brazos descansamos.
Así, en el Rosario de la Aurora, unidos en oración,
encontramos consuelo, fortaleza y salvación.
Oh, dulce Virgen María, guíanos a tu Hijo querido,
en cada cuenta que rezamos, en cada paso compartido.
Que el Rosario de la Aurora nos acompañe siempre,
llenando nuestras vidas de fe, esperanza y bienaventuranza.
Elevemos nuestras voces, unidos en devoción,
en el Rosario de la Aurora, en la dulce paz de nuestra oración.
Que así sea, Amén.
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