XI Domingo del tiempo ordinario

🌿🕯️ Primera Lectura

Lectura del libro del Éxodo 19, 2-6a

En aquellos días, los israelitas llegaron al desierto del Sinaí y acamparon allí, frente al monte. Moisés subió hacia Dios.

El Señor lo llamó desde el monte, diciendo: «Así dirás a la casa de Jacob, y esto anunciarás a los israelitas: "Ya habéis visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa."»

Palabra de Dios

Te alabamos Señor



🌿🕯️ Salmo

Sal 99,2.3.5

R/. Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño

Aclama al Señor, tierra entera,

servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

El Señor es bueno,

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades. R/.


🌿🕯️ Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 6-11

Cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del castigo! Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no solo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.

Palabra de Dios

Te alabamos Señor 

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Evangelio del Día 

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 36-38.10,1-8

En aquel tiempo, al ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.

Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»

Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judás Iscariote, el que lo entregó.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»

Palabra del Señor

Gloria a ti Señor Jesús.

📚 Tres Mensajes del Evangelio de hoy

1. Dios te llama por tu nombre.

2. Dios se vale de ti.

3. Reza más. 

Compromiso: Ofrecer el Rosario de hoy por las vocaciones misioneras.



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Mt. 9, 36-38.10,1-8: Dios te eligió.

1) Fatigados y abatidos: Creo que la vida no es solo trabajar. Hay que dejar un espacio en la vida para esa locura que cada uno tenga, eso que lo mueve y apasiona. Una cosa es hacer por obligación, eso es un mandato de otro. Pero sos libre cuando gastas tiempo para vos, cuando gastas tiempo en cosas que te motivan y te entusiasman, que te gustan. A uno puede ser jugar al fútbol, a otro pescar o a otro simplemente sentarse a tomar un café, leer un libro, etc. No sé, porque todos somos distintos… El tener una causa, una pasión lleva tiempo y es por eso que muchos no buscan lo suyo y entonces se enfrascan en el trabajo. Busca tu espacio y busca esa cosa que te hace dar gusto al vivir y eso dará un plus a tu día, a tu vida y a tu trabajo cotidiano. Si no, te terminas enfrascando demasiado en el laburo y te cerrás, siendo así un amargado, esclavo de vos y de tu sistema.

2) La cosecha es abundante: No te abrumes por todos los problemas que tenés que resolver, o esa meta que te pusiste que querés alcanzar. No te preocupes por lo que tienes que hacer el mes que viene o el año que viene. Hoy tenés que ganar el partido 1 a 0, ya mañana será otro. Como le decía De Paul a Messi, cuando terminaban cada partido en el mundial: “un pasito más”. Y si hoy te fue mal, tómate un día, llora y laméntate que hoy te fue mal y mañana a pelearla de nuevo. Ese es el punto, vivir la vida un día a la vez. Confía en este Dios que te renovará las fuerzas día a día, pero no te abrumes. Siempre los problemas van a ser más grandes que nosotros, pero nosotros tenemos una sola vida y Dios es eterno.

3) Dios elige cómo quiere: Todos los meses un grupo juvenil hacía su pastoral en un centro de ancianos. Hacían un servicio con los abuelos, les cantaban y les hacían pasar buenos momentos. Había allí un voluntario mal dispuesto, le pondremos de nombre Luis. Él detestaba los asilos de ancianos y siempre iba de mal humor, decía: “no soporto el olor a viejo”. El único motivo que lo llevaba a estar allí los primeros sábados de mes era porque en ese grupo estaba la chica que le gustaba. Iba malhumorado y se ponía en la parte de atrás, y allí se quedaba a la espera que todos terminen, se sentaba atrás entre dos residentes en sillas de ruedas. Mientras Luis pensaba en irse y ver dónde estaba la chica que le gustaba, para llamarla e irse más rápido, uno de estos ancianos le tomó de la mano… era un hombre anciano en silla de ruedas, un hombre frágil y débil. La boca del hombre estaba abierta y su rostro sin expresión. Luis quedó con la mano ahí y le dijo: “Me tengo que ir, pero voy a volver, se lo prometo”. Se lo quería sacar de encima. El viejito lo soltó, Luis quedó shockeado con la experiencia. Al mes siguiente volvió y pasó lo mismo. Así se fue dando la misma situación todos los meses. En la novena visita no estaba el abuelo. Luis preguntó a las enfermeras y ellas le indicaron que estaba en la habitación 28. El anciano estaba mal ya con saturación baja y dificultad en el respirar. Luis nunca había visto a alguien muriéndose, pero sabía que este hombre ya estaba por irse. Luis se quedó como una hora y lo tomó de la mano. Pasada la hora, lo buscaban los chicos para irse, y es ahí que dijo de nuevo Luis: “Perdón, pero me tengo que ir, vuelvo pronto”. En la puerta se le acerca una mujer y le dice que quería conocerte, yo soy la nieta de Antonio. Los médicos me llamaron porque se está muriendo. En un momento de luz Antonio habló y me dijo: “Dile a Jesús ADIÓS! Dile por mí”. Ella dijo, “pero abuelo ya lo vas a ver”. El abuelo le dijo: “Ya sé hija, pero Jesús viene a verme todos los meses y me toma de la mano”. “No entendía nada y le conté a la enfermera y la enfermera me habló de vos que venís todos los meses y tomás la mano de mi abuelo”. Así la nieta le dio las gracias por Antonio, por ella y por toda la familia. Ella dijo: “Nunca pensé que Jesús era como vos con aretes, con ese color de pelos y con tatuaje, pero estoy segura de que Jesús está feliz de que te hayan confundido con Él”. Algo bueno está por venir.

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Fuente: ciudadredonda.org

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