II Domingo de Pascua

 🌿🕯️ Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,42-47):

Los hermanos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.

Todo el mundo estaba impresionado, y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.

Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.


🌿🕯️Salmo

Sal 117,2-4.13-15.22-24

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno,porque es eterna su misericordia

Diga la casa de Israel:

eterna es su misericordia.

Diga la casa de Aarón:

eterna es su misericordia.

Digan los fieles del Señor:

eterna es su misericordia. R/.

Empujaban y empujaban para derribarme, pero el Señor me ayudó; el Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación.

Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. R/.

La piedra que desecharon 

los arquitectos es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.

Éste es el día que hizo el Señor:

sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.


🌿🕯️Segunda Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (1,3-9):

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible, reservada en el cielo a vosotros, que, mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el momento final.

Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un Poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.

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Evangelio del día.

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en

medio y les dijo:

«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:

«Hemos visto al Señor».

Pero él les contestó:

«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:

«Paz a vosotros».

Luego dijo a Tomás:

«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».

Contestó Tomás:

«¡Señor mío y Dios mío!».

Jesús le dijo:

«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor.

Te alabamos Señor.


🌿🕯️🕯️📖🕯️🕯️🌿

Jn. 20, 19-31: Aquí están mis manos.

1) Cerradas las puertas: Cuando uno se encuentra con el miedo esto te lleva a cerrarte y a generarte un mundo de fantasías y de melancolía. En el cual lo que amas no está y entonces tu cabeza queda marcada con recuerdos y hechos que se generaron en tu mente. Hoy la realidad es otra. El problema es que seguís girando en lo que generó tu cabeza y no en la realidad. Es eso lo que te hace mantener cerrado y cabizbajo porque ya no está lo que vos planeaste y planteaste para tu vida. Todo es distinto. Esto viven los Apóstoles, similar a vos. Esto puede ser tu vida si te cerrás y giras en un mundo de melancolías.

2) La paz: Refiere a ver tu vida en lo interior. Los Apóstoles estaban juntos y sabían que Jesús había resucitado, pero no tenían paz en su corazón. Vos podrás hacer muchas cosas, podrás hasta generar vida en los demás pero si no hay paz en tu corazón todo se puede caer. La paz no se logra con actividades y eventos, la paz en tu corazón se logra con encontrarte con el resucitado y vivir una experiencia espiritual. Solo ahí está Dios.

3) La incredulidad: Cuando te aíslas en la vida podés perderte muchas cosas. Cuando te haces incrédulo también te vas cerrando, pero ya no en lo melancólico, sino que vos ya te generas una vida desde tu ego donde parece que nadie puede romper tus esquemas. La vida no es matemática, en donde dos más dos es cuatro. La vida es una sorpresa total.

Que la Divina Misericordia siempre consuele tu vida y te abra a ser una persona entregada a lo que Dios quiera de vos y a vivir la experiencia de Dios resucitado. Algo bueno está por venir.

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